Reflection - Lucien Freud
EL EJECUTIVO
Se quitaba por las noches la corbata, con la esperanza
de deshacerse de un permanente nudo en la garganta.
EL CAMPANTE
Su memoria era tan extraordinaria,
que se olvidaba siempre de lo que se tenía que olvidar.
EL TERTULIANO
Dominaba siempre las conversaciones.
Sabía callarse, y lo hacía muy bien.
EL CONDENADO
Dios le castigó a vivir cien años, por reincidente.
En más de una ocasión, le había sorprendido matando el tiempo.
EL FILÓSOFO
Para su desgracia, le daban siempre la razón.
El problema es que luego no sabía qué hacer con ella.
EL POETA
Sus lectores le reconocían el don de la palabra.
Sólo él sabía que su don era el de la mirada.
EL EJECUTIVO
Se quitaba por las noches la corbata, con la esperanza
de deshacerse de un permanente nudo en la garganta.
EL CAMPANTE
Su memoria era tan extraordinaria,
que se olvidaba siempre de lo que se tenía que olvidar.
EL TERTULIANO
Dominaba siempre las conversaciones.
Sabía callarse, y lo hacía muy bien.
EL CONDENADO
Dios le castigó a vivir cien años, por reincidente.
En más de una ocasión, le había sorprendido matando el tiempo.
EL FILÓSOFO
Para su desgracia, le daban siempre la razón.
El problema es que luego no sabía qué hacer con ella.
EL POETA
Sus lectores le reconocían el don de la palabra.
Sólo él sabía que su don era el de la mirada.