31 julio, 2007

VACACIONES

Al sol - Chieh Hung

Estrené El alféizar a finales del pasado año y vi cómo sus letras comenzaban a tener vida propia y a exigirme un tiempo que, por más que quisiera, no les podía dedicar. De modo que probé a recomponer ese inestable equilibrio en el que sostengo mi cotidiana singladura... Entretanto, el blog me evidencia lo enormemente pequeño que se ha vuelto el mundo, de la mano de Internet, desde que casi sin querer cambié mi pluma por el teclado. El planeta se ha encogido en muy poco tiempo, y tener una página como ésta me hace comprobar a diario el milagro que es editar en casa y recibir en minutos un saludo desde Mar del Plata, San Francisco o Puerto de Santa María...
Lo cierto es que continúo conociendo gente y más gente, de esta intuitiva manera en que en la red nos adivinamos, y he aprendido a valorar la lealtad de un buen puñado de camaradas que, pese a mi irregularidad y mis ausencias, ha seguido dejándome lo más preciado que atesora un trabajo de estos: sus comentarios. Detrás de cada alias hay una persona sensible, afectuosa, divertida o solidaria; buena gente, en suma, a la que quiero dar, por estar y continuar ahí, un millón de gracias.
Ahora, en fin, tomo unas vacaciones y me dispongo a restaurar mis coordenadas vitales, a reasentarme probablemente para continuar un poco en el mismo sitio, pero con ese aire distinto que uno respira cuando se instala en el ocio de vagar y disfruta de la libertad que le da el romper con la (tan útil y necesaria, por otra parte) rutina.
Después de todo, quiero dejar constancia de lo mucho que aprecio tanto a los que se acercan anónimamente a leer mi cuaderno como a quienes trastean por ahí, dejando sus preciosas huellas. A muchos y muchas leo y admiro por cuanto escriben en sus páginas: su enorme fuerza, esa forma de expresarse directa, alambicada o socarrona, poética, pedestre, tierna, chispeante, mordaz... y la pasión que derrochan por comunicarse con lo más hermoso que tenemos: la palabra. Es lo que más me llena de este mundo del que hace unos meses entré a formar parte. Por ella brindo, pues: por la palabra. Y por lo que compartimos, gracias a ella, que es tanto.

29 julio, 2007

APRENDIENDO - Borges

Travesía - Richard

«Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia entre sostener una mano y encadenar un alma. Y uno aprende que el amor no significa acostarse. Y que una compañía no significa seguridad, y uno empieza a aprender... Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas, y uno empieza a aceptar sus derrotas con la cabeza alta y los ojos abiertos, y uno aprende a construir todos sus caminos en el hoy, porque el terreno del mañana es demasiado inseguro para planes... y los futuros tienen su forma de caerse por la mitad. Y después de un tiempo uno aprende que, si es demasiado, hasta el calor del sol puede quemar.
Así que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores. Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno es realmente fuerte, que uno realmente vale y uno aprende y aprende... y así cada día.
Con el tiempo aprendes que estar con alguien porque te ofrece un buen futuro, significa que tarde o temprano querrás volver a tu pasado. Con el tiempo comprendes que sólo quien es capaz de amarte con tus defectos sin pretender cambiarte, puede brindarte toda la felicidad.
Con el tiempo aprendes que los verdaderos amigos son contados y que quien no lucha por ellos tarde o temprano se verá rodeado sólo de falsas amistades.
Con el tiempo aprendes que las palabras dichas en momentos de ira siguen hiriendo durante toda la vida.
Con el tiempo aprendes que disculpar cualquiera lo hace, pero perdonar es atributo sólo de almas grandes.
Con el tiempo te das cuenta de que cada experiencia vivida con cada persona es irrepetible. Con el tiempo aprendes a construir todos tus caminos en el hoy, porque el sendero del mañana no existe.
Con el tiempo comprendes que apresurar las cosas y forzarlas a que pasen, ocasiona que al final no sean como esperabas.
Con el tiempo te das cuenta de que en realidad lo mejor no era el futuro, sino el momento que estabas viviendo justo en ese instante.
Con el tiempo verás que aunque seas feliz con los que están a tu lado, añorarás a los que se marcharon.
Con el tiempo aprenderás a perdonar o pedir perdón, decir que amas, decir que extrañas, decir que necesitas, decir que quieres ser amigo, pues ante una tumba ya no tiene sentido.
Pero desgraciadamente, sólo con el tiempo...»

22 julio, 2007

ALGO DE TI

Vieja calle - Autor desconocido

Algo de ti gobierna mis ratos de estar solo, penetra imperceptible en mi piel, la humedece y refresca. Ese algo de ti comparte el aire que respiro y acompasa el ritmo de mi pecho, que exhala una letanía de palabras por escribir, derrelictos de batallas consumadas en tu cuerpo que arrullan mi ensueño...
Algo de ti visita este silencio y lo engalana evocando roces furtivos, caricias hurtadas por entre las esquinas de esas callejas empedradas en que te hallé... Y sigue siendo algo de ti lo que envuelve mi noche y la nutre de íntima quietud cuando, despierto, te imagino; lo que conduce mi pensamiento, la sosegada cadencia con que cortejo tu sombra desde esa distancia breve del beso que calladamente te dedico.
Algo de ti es lo que escolta mi mano si te escribo y me orienta cuando a oscuras te busco y alienta mi anhelo si te pienso y derrota mis miedos, pues en ti confío... Y sigue siendo algo de ti lo que me conmueve y transporta, lo que me espolea para correr a tus brazos; algo de ti lo que me embelesa en esta duermevela... antes de abandonar mi sonrisa en tu cuello, entornados los ojos, mientras hundiéndome en tu pelo, ese algo de ti, que es tanto y tan tuyo, arranca de mis labios los susurros con que me entrego.

15 julio, 2007

TODO Y NADA - Hierro

Flores para ti - Agustín Úbeda

Después de todo, todo ha sido nada,
a pesar de que un día lo fue todo.
Después de nada, o después de todo
supe que todo no era más que nada.

Grito "¡Todo!" y el eco dice "¡Nada!"
Grito "¡Nada!" y el eco dice "¡Todo!"
Ahora sé que la nada lo era todo,
y todo era ceniza de la nada.
No queda nada de lo que fue nada.
(Era ilusión lo que creía todo
y que, en definitiva, era la nada).
Qué más da que la nada fuera nada
si más nada será, después de todo,
después de tanto todo para nada.

José Hierro.

08 julio, 2007

UN LUGAR EN EL MUNDO

Atlas (Chema Madoz)

Hace unos días, un amiguete me preguntaba cuál sería mi sitio y época ideal para vivir. Sin casi pensarlo, le contesté que mi lugar en el mundo es este en el que estoy, y que mi tiempo es el de ahora. Porque, si bien yo no decidí por mí mismo cuándo aparecer aquí, y muchas de las condiciones de mi vida me fueron dadas, cuando no impuestas, también es verdad que he ido haciendo de mí un poco lo que he podido y, otro tanto, lo que he querido. Por todo ello, le dije, acepto de buen grado estar donde estoy, en este irrepetible momento...
Yo era un crío cuando lo del mayo francés; por eso fue bastante más tarde cuando me interesó, hasta estudiarlo. Recuerdo a Daniel Cohn-Bendit, arengando a los estudiantes con sus originales y rotundas proclamas. Me parecía tan contundente el derecho a querer un mundo nuevo, tan lleno de rebeldía e insumisión, que lo hice mío durante tiempo, canalizándolo hacia la no-violencia y hacia la objeción de conciencia al servicio militar, por entonces obligatorio.
El mundo... A los veinte, todos hemos querido cambiarlo. Ahora, cruzado el ecuador de mi existencia, lucho por tenerme en pie, no sea que precisamente el mundo me tumbe. Y me defiendo de su turbulenta marea con un arrebatado pundonor.
Por todo, acepto que mi lugar sea éste. Mis coordenadas geográficas y vitales me hacen sentirme un privilegiado, pues las probabilidades que tenía de haber sido un indigente eran extraordinariamente mayores... De modo que, agradecido quedo a esa tornadiza Providencia que me dota de una condición que en nada me hace distinto de mis hermanos más alejados en latitudes, razas, costumbres y credos; agradecido quedo, también, al poder afirmar que mi lugar en el mundo es el de cada día cuando me levanto y salgo a trabajar, a batirme el cobre por continuar creciendo junto a quienes me rodean y darles (dentro de mis limitaciones) algo de mí, de cuanto puedo y tengo... Sin perder de vista que un mundo mejor que éste es posible, y que yo formo parte del de hoy, y que, en este sentido, estoy moralmente obligado a hacer algo, por quienes, incluso estando a mi lado, no disfrutan de la enorme suerte que, después de todo, a la mayoría de nosotros nos sonríe.

 
ir arriba