Aproveché unos días de vacaciones, a primeros del pasado mes de diciembre, para recluirme en el pueblito del noroeste francés que frecuento, y terminar de dar forma al que viene a ser mi segundo libro en la red: Dédalus en el alféizar.
La idea de agrupar las entradas más personales de esta página y disponerlas en formato de libro (tanto en papel como digital, en pdf), se fue gestando cuando comencé a recibir algún que otro correo y comentario de gente amiga que me animaba a editar las Cartas a Miralles. Así se entenderá el enorme agradecimiento que siento hacia quienes me han empujado directa o indirectamente, no ya a publicar sino, por encima de todo, a seguir escribiendo. Este trabajo que ahora presento es así un fruto que debo dedicar a quienes habéis pasado una y otra vez, durante sus tres años de vida, por El alféizar. Y no exagero cuando afirmo que, de no haber sido por las visitas que esta página recibe, probablemente la hubiera cerrado tras un tiempo de haber ensayado la experiencia de introducirme en el mundo de los blogs.
Por ello, ahora más que nunca me reafirmo en la idea de que cualquier representación creativa, en tanto que comunicación humana, es un juego entre emisor y receptor que este último completa, otorgando definitivamente un sentido al acto creativo. Un cuadro es menos, si no hay quien lo mire. Del mismo modo, un texto, un relato o un poema no llegan a su plenitud si no existe un lector. Fue el poeta Paul Éluard quien dijo: «Después de todo, no soy sino la persona que habla. Pero, ¿qué habla a quién?»
Guarda relación con lo que digo, lo que hace unos días escribí a una amiga: «En todo caso, quiero que sepas que un puñado de gente como tú es la que me abre el bolso cuando llego al bar, me ofrece mi propia pluma, me planta delante una servilleta de papel y, mientras aún humea el café sobre el velador, me dice con una sonrisa: "Venga, tío, dale..." Y no sabes lo importante que, para mí, es esto.»
Gracias, una vez más, a todas y todos quienes con una admirable lealtad estáis ahí mismo, al otro lado de la pantalla.
Juanan Urkijo Azkarate.
P.S. Accediendo al vínculo de la imagen de la portada de Dédalus en el alféizar, que figura en el encabezamiento o al del menú lateral del blog, se puede descargar gratuitamente la versión en formato pdf o bien encargar el libro en papel, a precio de coste en Bubok más los gastos de envío.
Más información en: JVJ Ed
La idea de agrupar las entradas más personales de esta página y disponerlas en formato de libro (tanto en papel como digital, en pdf), se fue gestando cuando comencé a recibir algún que otro correo y comentario de gente amiga que me animaba a editar las Cartas a Miralles. Así se entenderá el enorme agradecimiento que siento hacia quienes me han empujado directa o indirectamente, no ya a publicar sino, por encima de todo, a seguir escribiendo. Este trabajo que ahora presento es así un fruto que debo dedicar a quienes habéis pasado una y otra vez, durante sus tres años de vida, por El alféizar. Y no exagero cuando afirmo que, de no haber sido por las visitas que esta página recibe, probablemente la hubiera cerrado tras un tiempo de haber ensayado la experiencia de introducirme en el mundo de los blogs.
Por ello, ahora más que nunca me reafirmo en la idea de que cualquier representación creativa, en tanto que comunicación humana, es un juego entre emisor y receptor que este último completa, otorgando definitivamente un sentido al acto creativo. Un cuadro es menos, si no hay quien lo mire. Del mismo modo, un texto, un relato o un poema no llegan a su plenitud si no existe un lector. Fue el poeta Paul Éluard quien dijo: «Después de todo, no soy sino la persona que habla. Pero, ¿qué habla a quién?»
Guarda relación con lo que digo, lo que hace unos días escribí a una amiga: «En todo caso, quiero que sepas que un puñado de gente como tú es la que me abre el bolso cuando llego al bar, me ofrece mi propia pluma, me planta delante una servilleta de papel y, mientras aún humea el café sobre el velador, me dice con una sonrisa: "Venga, tío, dale..." Y no sabes lo importante que, para mí, es esto.»
Gracias, una vez más, a todas y todos quienes con una admirable lealtad estáis ahí mismo, al otro lado de la pantalla.
Juanan Urkijo Azkarate.
P.S. Accediendo al vínculo de la imagen de la portada de Dédalus en el alféizar, que figura en el encabezamiento o al del menú lateral del blog, se puede descargar gratuitamente la versión en formato pdf o bien encargar el libro en papel, a precio de coste en Bubok más los gastos de envío.
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