20 junio, 2010

PERROS-GUIREC

Regatas en Perros-Guirec - Denis

Bretaña es tierra de costas barridas por fuertes vientos y mareas vivas, con campos de un intenso verdor, bosques frondosos y multitud de riachuelos. Sus casonas de granito denotan la arraigada identidad de un país marcado por sus orígenes celtas, sus historias de druidas y las leyendas medievales de los caballeros de la Tabla Redonda. Tomada en su conjunto, Bretaña pasa por ser la región mejor conservada de Francia.
En el noroeste de la comarca, se sitúa el departamento de Armor, la tierra asomada al mar, donde encontramos uno de los lugares más encantadores de la vieja Breizh: La costa de granito rosa, que debe su nombre a la original tonalidad de sus acantilados. Esta franja se extiende entre Trébeurden y Paimpol y, justo enfrente de la misma, están las Siete Islas, abrigo de la mayor reserva ornitológica de Francia.
Precisamente en el corazón de la costa de granito rosa, se sitúa Perros-Guirec, un lugar con verdadero encanto, al que merece dedicar como poco un fin de semana. El enclave es de una gran belleza natural. Es obligado hacer el Sendero de los Aduaneros que, arrancando de Perros llega hasta Ploumanach, bordeando los preciosos acantilados que dan al Mar de la Mancha. El camino, jalonado por matas de tojo y espino, discurre junto a enormes formaciones graníticas, modeladas desde tiempos inmemoriales por la fuerza del viento y del mar. Apenas en una hora y media de agradable caminata, por entre rocas y landas, se llega a la pequeña y hermosa playa de Saint Guirec, resguardada entre dos pequeños picos. Allí se encuentra el oratorio del mismo santo, un curioso monumento, construido sobre un montón de peñascos, sumergido por los flujos en marea alta, que tiene su origen en el siglo XII.
De vuelta a Perros, la playa, los paseos por el puerto o por la pequeña zona comercial que rodea la Plaza del Ayuntamiento, son opciones para pasar agradablemente una jornada de primavera entrada o de verano, los mejores momentos para visitar una comarca con tan alta pluviosidad como la bretona. Para comer, en Perros-Guirec hay varios restaurantes típicos en la zona portuaria, en los que degustar un sabroso pescado fresco (la raya, exquisita) o el plato más típico de la región: los mejillones, preparados de más de una docena de diferentes maneras. Y, hablando de pequeñas delicias palatinas, una buena opción es la de comprar las típicas galletas bretonas de mantequilla (las mejores: las Traou Mad), en sus pintorescas cajas de hojalata. Un bonito detalle para regalar y ofrecer a los nuestros.
 
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