Vieja calle - Autor desconocido
Algo de ti gobierna mis ratos de estar solo, penetra imperceptible en mi piel, la humedece y refresca. Ese algo de ti comparte el aire que respiro y acompasa el ritmo de mi pecho, que exhala una letanía de palabras por escribir, derrelictos de batallas consumadas en tu cuerpo que arrullan mi ensueño...
Algo de ti visita este silencio y lo engalana evocando roces furtivos, caricias hurtadas por entre las esquinas de esas callejas empedradas en que te hallé... Y sigue siendo algo de ti lo que envuelve mi noche y la nutre de íntima quietud cuando, despierto, te imagino; lo que conduce mi pensamiento, la sosegada cadencia con que cortejo tu sombra desde esa distancia breve del beso que calladamente te dedico.
Algo de ti es lo que escolta mi mano si te escribo y me orienta cuando a oscuras te busco y alienta mi anhelo si te pienso y derrota mis miedos, pues en ti confío... Y sigue siendo algo de ti lo que me conmueve y transporta, lo que me espolea para correr a tus brazos; algo de ti lo que me embelesa en esta duermevela... antes de abandonar mi sonrisa en tu cuello, entornados los ojos, mientras hundiéndome en tu pelo, ese algo de ti, que es tanto y tan tuyo, arranca de mis labios los susurros con que me entrego.
Algo de ti visita este silencio y lo engalana evocando roces furtivos, caricias hurtadas por entre las esquinas de esas callejas empedradas en que te hallé... Y sigue siendo algo de ti lo que envuelve mi noche y la nutre de íntima quietud cuando, despierto, te imagino; lo que conduce mi pensamiento, la sosegada cadencia con que cortejo tu sombra desde esa distancia breve del beso que calladamente te dedico.
Algo de ti es lo que escolta mi mano si te escribo y me orienta cuando a oscuras te busco y alienta mi anhelo si te pienso y derrota mis miedos, pues en ti confío... Y sigue siendo algo de ti lo que me conmueve y transporta, lo que me espolea para correr a tus brazos; algo de ti lo que me embelesa en esta duermevela... antes de abandonar mi sonrisa en tu cuello, entornados los ojos, mientras hundiéndome en tu pelo, ese algo de ti, que es tanto y tan tuyo, arranca de mis labios los susurros con que me entrego.